jueves, 2 de febrero de 2023

CONFESIÓN

 El 2022 fue un año de revelaciones.

Principalmente a mi mundo interno fueron otorgadas respuestas que desde temprana edad me fueron vedadas.

Recordando lo que ha sido mi historia, comienzan a ordenarse pedazos sueltos, bloqueados, atascados en momentos, personas, situaciones que experimentaba desde una lejanía para seguir funcionando, pero que se me escapaba entre los dedos de la intimidad.

Aún no lo asumo, desde que comencé a buscar ayuda por áreas que cada vez se hacían más difíciles de llevar. Toda mi fuerza estaba puesta en la maternidad, incluso más que en la pareja, lo que he tratado de ir corrigiendo con toda mi voluntad. No quiero fallarle a mis pequeñas, y en eso comencé a perderme.

Ya no podía estudiar, leer, escribir, pintar, hablar con otros sin tener que hacer un sobre esfuerzo. Mi atención estaba en ordenarles su día, en que pudieran estar en espacios que les alimente la curiosidad y el deseo de vivir. Ese deseo que muchas veces en mi estuvo ad portas de apagarse.

Luego de diversas personas a las que comencé a acudir, y a las que me atreví hasta mis 32 años a acudir, finalmente a los 34 los resultados arrojaron que estoy en el espectro autista con tdah. Aún no me asumo como tal, siento que puede sentirse una falta de respeto para quienes tienen muchas complicaciones en su autonomía e independencia, quienes necesitan más ayuda, grado 2 y 3 principalmente. Y de ese constante remordimiento, me sacuden quienes están a mi lado codo a codo para ayudarme a llevarlo de forma más liviana a lo que ha sido. Principalmente mi compañero, mi Garnet, y mi terapeuta, especialista en mujeres adultas del espectro. Me han permitido dar nombre a lo innombrable, y reconocer la vida entre los espacios de aplastante silencio. 

Hasta el momento, en la sexta o séptima sesión, me dijo el concepto de "autismo a corta distancia", porque en espacios sociales académicos, familiares o amistades, no se nota ninguna dificultad, sino que en lo cotidiano y quienes comparten la intimidad pueden evidenciarlo claramente. Esa idea dio vuelta mi cabeza, porque me permitiría explicarlo perfectamente, en la medida que me atreva a hacerlo porque aún hay muchas personas que no saben y que son importantes para mi.

Ahora que escribo, no dejo de sentir esa incomodidad en el pecho, desearía no tenerlo, pero es aliviador saber qué es y cómo aprender para llevarlo de forma más saludable. Aún así, sigo enojada y en mi enojo intento tratarme con paciencia mientras sigue cuajando.

Las últimas dos muertes de personas que han marcado y han sido importantes, no he logrado ir a despedirles, Irma fue el viernes, y de ella aprendí a azuzar las cuecas, jamás como ella, sólo una imitación barata de su lucidez, tenía una picardía única que desde el primer momento que la escuché admiré. Perdóneme, no pude.  Quedo dando vueltas en la angustia, la pena y no saber cómo estar con quienes me encontraré en el lugar. Qué decir, cómo estar, con la culpa de haber podido estar más cerca, y no pude... después sigo rumiando meses y años con lo que era correcto y se convierten en espinas que duelen. Sabiendo que lo único que se necesita en momentos así, es estar, la presencia, nada más. Pero no sé como habitarla en esas situaciones...

Mi psicóloga me dio una tarea la última vez, acerca de redactar los momentos en los que creo haberme disociado. Porque, el no saber el diagnóstico, implica vivir las experiencias profundizando traumas y estableciendo como modus operandi la disociación para funcionar, es decir, el cuerpo sigue, la mente lleva y hace lo que puede, pero las emociones se escabullen en algún rincón bloqueando la memoria y activando formas de afrontamiento a lo que se percibe complejo, que no permiten masticar bien las experiencias ni comprender el sufrimiento con vías de escape.

Por eso comencé a escribir esto, pero ahora que toca esa parte, creo que aún no puedo. Gracias por leer.

CONFESIÓN

 El 2022 fue un año de revelaciones. Principalmente a mi mundo interno fueron otorgadas respuestas que desde temprana edad me fueron vedadas...