miércoles, 14 de septiembre de 2022

Más vale diablo conocido que santo por conocer.

 Éste es un complejo momento político y social de nuestro país, continente y mundo. Aquí en Chile, se rechazó la propuesta constitucional, la primera que cumplía con ser  paritaria, participativa y plurinacional, que era catalogada como vanguardista por diferentes medios de prensa, expertos y ciudadanos extranjeros. 

El 25 de octubre del 2020 se realizó un plebiscito  post estallido social del 18 de octubre 2019. Con el 78,27 % de los votos la opción del  «Apruebo» se impuso, y ante la consulta de qué tipo de órgano debía redactar la nueva constitución, se indica que, de 7.555.222 votos válidamente emitidos (excluyendo los nulos y en blanco), los resultados dan a la opción por Convención Mixta Constitucional 1.501.793 votos, correspondiente al 21,01% y a la opción Convención Constitucional 5.646.427 votos, correspondiente al 78,99%... el 78,99%!!


La Convención Constituyente, consiste en 155  ciudadanas y ciudadanos elegidos por voto popular como encargados para elaborar una propuesta. Desde el diálogo, el debate y la canalización de propuestas populares, se daba paso para que dentro del plazo de un año, desde el 4 de julio 2021 al 4 de Julio 2022 se publicara y masificara en su contenido a la población.


Se realizó el plebiscito de salida, las opciones son aprobar o rechazar la propuesta realizada.

El domingo 04 de septiembre 2022casi el 62% para el “rechazo”  y  el 38,1% para el “apruebo”.


Cómo pudo haber un cambio tan drástico en la población que todo eso que se aprobó se rechazara?

Al parecer no hubo una buena interpretación de cómo es la población chilena, en nuestros sistemas de creencias y necesidades. Hay un ideal, que sí, se plasmó en la propuesta de nueva constitución, pero que permitió que el sector conservador tomara ciertos puntos como tierra fértil para infundir miedo al cambio que se realizaría una vez aprobado el texto. 


Se falló en la lectura macro ,en que diversos conceptos jamás escuchados comenzaron a ser los ejes principales de un país que no los tiene integrados, y por lo tanto, no le hacen sentido.


Este cambio en la percepción, el viaje desde el apruebo al rechazo, fue hecho en base a ideas nuevas y que no han sido probadas, como el sistema judicial (entre otros puntos), en busca de que existiera mayor voz a las regiones se daba un salto al vacío para algunos, mentiras, noticias falsas o fake news como se conocen popularmente ahora para otros. No se puede desconocer para quienes votaron ésta opción, que quienes fueron elegidos para representar ciertos intereses más asociados a la derecha, no defendieron en su mayoría -porque siempre hay excepciones- sus ideales en la cancha, estaban con desgano y sin apertura, buscaron desde el primer día obstaculizar el proceso y el diálogo hacia un camino medio que involucrara el acuerdo de los distintos sectores. No se titubeó en utilizar cualquier herramienta o medio para que las personas creyeran que lo que tienen se perdería, que las casas no serían de ellos, que la salud sería peor de lo que conocen, que las jubilaciones serían aún más miserables y que habrían distintos sistemas de justicia por la plurinacionalidad, en que quienes pertenecían a alguna etnia estarían por sobre los chilenos sin pertenencia a ellas. Que seríamos juzgados por lonkos y no por jueces y que se cambiaría tanto el himno nacional como la bandera.  Habían grupos  de convencionales que llegaron con exigencias, también más rígidos y  que no se abrían a la conversación a menos que ésta prometiera ya consideraciones, y quienes si se abrían a conversar, eran vistos como traidores, como por ejemplo Elisa Loncón.


Muchos cambios que no fueron bien recibidos porque no se alcanzaron a comprender, muchos convencionales que no pudieron ajustar sus posturas para aunar posturas, no hubieron mas consultas ciudadanas para salir de aquellos asuntos que se pudieran percibir más delicados. Así que muchos también con deseos de seguir participando, sentían que no se les representaba. Pero también es que hubo un tiempo muy acotado, todo fue muy rápido. Y ante lo nuevo, es más claro quedarse con lo que se conoce a pesar que funcione mal, porque en estos caminos “Sé cómo moverme”. 


Fue un debate entre las certezas e incertidumbres, y que sin duda sumando todos los factores, la incertidumbre pavimentó el camino a que se vuelva a rehacer un documento, con la esperanza de que el nuevo integre, estemos de acuerdo o no, todas estas susceptibilidades, todos estos temores, equilibrando lo individual con los intereses colectivos, lo que le gusta a unos con lo que les guste a otros, asumiendo que así es la democracia, incluyendo a las maquinarias de bots, no supimos reaccionar ni dimensionar el alcance que podrían tener, pero ya tenemos también experiencia ahora para aprender la lección, sabemos qué pasa sin saber aún como reaccionar, pero sabemos que están y el daño que pueden producir. 


Hay tanto más que decir, pero ésta reflexión me permite a 10 días de el 04/09 sacar un respiro más profundo, viendo cómo la derecha se desentiende de los acuerdos, se baja de reuniones concertadas por el gobierno, y exigiendo hacer lo que dicen porque gozan de mayoría en ambas cámaras.

Una película de suspenso que aún está lejos de su capítulo final.

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CONFESIÓN

 El 2022 fue un año de revelaciones. Principalmente a mi mundo interno fueron otorgadas respuestas que desde temprana edad me fueron vedadas...