jueves, 8 de septiembre de 2022

Rechazo el 4 de septiembre

 Siento tanto asco,

todo es tan vomitivo!


Todos y todas andan con la bandera de la verdad,

tanta información que da vueltas atrofia las ideas

porque nada es todo y todo es nada.

Cada uno trata de acercarse a alguna idea que represente

ese mundo interno que ha desarrollado en este peculiar contexto 

social e histórico que transitamos.

Todo es una ilusión!

Cuál es la realidad?

Qué claro es ver que cada persona vive su propia realidad con sus propias reglas y 

límites. 

Su propio infierno y paraíso dentro de los que mira hacia fuera y hacia dentro.

Desde ahí cada uno juzga y trata al otro de estúpido por no ver lo que considera obvio.

El punto sería entonces,

Cuál realidad es más justa ? cuál intenta generar un bienestar mayor?, considerando el corto, mediano y largo plazo.

Porque si la especie humana ha sobrevivido, no es porque cada humano se haya encerrado en una cueva.

Entre las distintas realidades que he visto por redes sociales puedo mencionar las siguientes, aunque siempre podemos quedar cortos porque siempre hay más de lo que vemos;

Está la realidad de soros y el cabal, en que no se puede permitir que siga la oscuridad gobernando, en que ciertos personajes públicos son dobles porque los originales están siendo juzgados por algo superior, en que la frase principal es el mundo al revés, y que quienes parecer los malos son los buenos que buscan rescatarnos.

Está la realidad anticomunista, donde lo que sea que signifique comunismo o asimile algo en esa dirección es el fin de los tiempos y la tragedia en su máxima expresión. Aunque en este país por lo menos, jamás han generado la cantidad de muerte que quienes se dedican a gritar contra ese pensamiento.

Está la realidad anti derecha y anti izquierda, la extrema izquierda que dialoga bastante bien con la extrema derecha, ambos no desean el diálogo y se regocijan del dolor del otro lado.

Está la realidad de quienes buscan mínimos comunes en la humanidad como piso para una sociedad más justa. Salud, educación, vivienda se asoman como el eje de sus preocupaciones, y que constantemente son atacados por los extremos.

Está la realidad de los depravados contra los moralistas. Las religiones y sistemas de creencias con la bandera de la fe para juzgar lo que sucede fuera, pudiendo obviar lo que sucede dentro.

Está la realidad de lo mío es mío y lo tuyo debe ser mío pero lo mío no puede ser tuyo.

Está la realidad de que esto es más grande y vienen por nosotros como presas a quienes cazan. La OMS, la ONU o cualquier organización mundial son el diablo personificado y las vacunas son sólo una herramienta más para la domesticación de los corderos.

Está la realidad de los que no quieren nada pero sirven a la de los pocos, los que no se quieren involucrar y en su no involucramiento son llevados a pensar que no son importantes. El no me importa porque todo seguirá igual lleva a mantenerse al margen o sumarse ala opinión mayoritaria del momento.

Está la realidad de lo que está escrito en la dinámica planetaria, que sabrían interpretar algunos y que desarrollan escuelas para que pueda hacerse más popular, el lenguaje de las estrellas y los sistemas galácticos que generan ecos en la necesidad de pertenecer a un colectivo con intereses afines. Las casas y sus números, el horóscopo y sus fechas que permiten hacer predicciones de lo que se viene.

Está la realidad del que observa todas estas realidades y soporta la constante tensión guerrilla, con la cordura a punto de quebrarse en su desesperación de ver cómo se disparan entre ellas adjudicando cual cruzadas su propia lucha.

Y así podría continuar quizás cuánto más, pero sin duda soy parte de la que busca los mínimos para todos y todas sin importar dónde naciste ni tus creencias en la vida,.

Soy la que está desesperada observando todo esto. 

Observando cómo se alejó una oportunidad de acercarse a ese anhelo. 

Si quisiera explayarme en esto, recuerdo que todo lo que se relaciona al amor se denosta y castiga como un juego de palabras bonitas que no tienen sustento, piso ni sentido. Pura poesía dicen muchos, supremacía moral dicen otros.

Todos tratando de sobrellevar un sufrimiento, que se adapta según el lugar que ocupe.

Al final lo único honesto e igual para tod@s es la muerte. Pareciera ser la única experiencia compartida.

Porque ni el nacimiento se está escapando.

Ya paren el mundo que me quiero bajar...



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